martes, 14 de septiembre de 2010

Perfil de un asesino

Cruel y despiadado, así era Jean-Baptiste Grenouille. Desde pequeño fue despreciado y rechazado. Su nacimiento no trajo alegrías, ni siquiera a su propia madre, y nadie deseaba hacerse cargo de él. No era feo, pero con el paso del tiempo, y gracias a una enfermedad se hizo más feo. Su sola presencia inspiraba temor a los demás niños. Poseía un gran don y talvez fue su gran maldición, su sentido del olfato. Podía diferenciar a las cosas por su olor, y encontrarlas, pero él no transmitía ningun olor. Fue el más gran fabricador de perfumes, pero también bajo esa apariencia desgreñada, y mirada perdida se escondía uno de los más grandes asesinos que vivió en Francia.

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